Descubrí a Pixza hace un par de semanas mientras navegaba por las redes sociales y no me pude resistir a conocer este lugar que invita a los consumidores a ser agentes de cambio. Aquí, por cada 5 rebanadas vendidas se entrega 1 a personas con carencia alimentaria.
Sobre mi experiencia en Pixza, debo decirles que la satisfacción viene por partida doble. Por un lado, el lugar te ofrece una pizza de maíz azul con combinaciones únicas de guisos mexicanos como la cochinita pibil, chiles poblanos rellenos de carne molida, tamales, entre otros. Los ingredientes son 100% mexicanos y trabajan con pequeños productores de maíz azul y chapulines. Pero lo más gratificante es entender que a través de esta original pizzería hay una plataforma de empoderamiento social.
Alejandro Souza es el creador de este concepto que lleva a penas 9 meses en la Ciudad de México. Luego de estudiar una licenciatura en Administración de Empresas, adquirir experiencia en múltiples proyectos de impacto social por varios países y hacer su maestría en Administración Pública y Desarrollo Social, regresó a México con la idea de emprender Pixza. Como Alejandro nos cuenta, hay que entender a esta propuesta desde los tres mundos en los que opera: la oferta culinaria de la pizzería, el empoderamiento social y el modelo empresarial que es el que los une para llevar a cabo una misión de impacto social.
El programa principal de Pixza es “La Ruta del Cambio” que inicia con la venta de las pizzas. Por cada 5 rebanadas vendidas se genera 1 para la entrega semanal que se hace en albergues que acogen a jóvenes que han enfrentado situación de calle, con el fin de reinsertarlos a la sociedad a través del acceso a un trabajo formal. Para alcanzar esto, una vez que cada chico recibe su primera rebanada de pizza se le coloca una pulsera que detalla la ruta que deberá seguir para completar el programa. Así, luego de recibir las primeras 5 rebanadas la persona debe hacer un voluntariado que beneficie a su comunidad, luego tiene acceso a 5 rebanadas más que le conducen hacer un segundo voluntariado más complejo, para después acceder a un curso de habilidades de vida, un baño, corte de pelo y un diagnóstico médico. Finalmente, se le hace una oferta de empleo que puede ser en la pizzería o en organizaciones aliadas del proyecto.
Pero la tarea no termina ahí, los chicos que ya están laborando entran a una segunda etapa del programa que trabaja tres aspectos. El primero, es lograr una vida independiente para que puedan dejar de vivir en el albergue; el segundo, es darles coaching para guiarlos en sus metas profesionales y personales; y tercero, combatir el rezago educativo para que accedan a cursos gratuitos que los profesionalicen. De esta manera, el objetivo de Pixza es ser un aliado que acompaña y da las herramientas, donde “tú llegas tan lejos como tú quieras”.
Después de conversar con Alejandro no dude en inscribirme como voluntaria para la entrega de esa semana. Así, lo que comenzó con disfrutar de pizzas a la mexicana, terminó con un verdadero impacto en chicos de la Fundación Renacimiento que recibieron sus rebanadas y avanzaron en “La Ruta del Cambio”; una experiencia realmente gratificante.
¡Si quieren ser parte de este proyecto y comer con causa, no dejen de visitarlo en la Ciudad de México: Liverpool 162 B, Colonia Juárez!
Facebook: PIXZAMX
Twitter: @PIXZAMX
Instagram: PIXZA MX
Sobre la Autora
Daniela Álvarez
Creadora de @nunalifestyle. Comunicadora y MBA en Emprendimiento e Innovación. Actualmente se desempeña como marketera y se define como fan de las marcas con impacto. Cree en el consumidor como agente de cambio.
Instagram: @danyalvarezy
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