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Nuna Lifestyle

Identidad culinaria con impacto social

Hace ya 6 meses que inicié uno de los más grandes retos que me ha traído la vida. Vino de sorpresa, pero con una gran motivación para aportar algo de mi conocimiento a los demás. Inicié como docente universitaria dictando la clase de “Gastronomía Digital” en la Universidad de las Américas y aquí fue que conocí a mi alumno, Alejandro Huertas, quien tenía un maravilloso proyecto en mente, que ahora es una realidad.


Alejandro, inspirado en la cocina de su abuela, el amor infinito a su país y con la idea de explotar su territorio de una manera responsable y leal, construyó un restaurante de alta cocina para revalorizar los ingredientes mágicos del páramo. Su objetivo y el de su equipo, que ahora es su familia, es brindar una nueva experiencia culinaria con impacto social.


Laguna Tipo Pugro, en los páramos de la Reserva Antisana.

3500 Restaurante, es una experiencia gastronómica gourmet con un importante impacto social, que se encuentra en el páramo ecuatoriano frente a la laguna “Tipo Pugro” en un pequeño local en la zona de Pintag. Su nombre se debe a la altura a la que se encuentra el restaurante, y lo más interesante de esta propuesta es que involucra a todos quienes forman parte de este entorno.


El respeto al producto y la inclusión de la comunidad, fueron la inspiración de Alejandro para dedicarse con pasión a este proyecto. Pero antes de entrar en el detalle de su cocina y demás, creo que es importante contarles primero cómo fue mi experiencia junto al equipo Ayllu.


Alejandro nos explica la concepción del proyecto

Mi experiencia inició un sábado temprano en la mañana; el paisaje vía a Pintag estaba cobijado por nuestras maravillosas montañas que en ese momento estaban completamente cubiertas de nieve por una nevada de la noche anterior. Ya en el lugar, en una pequeña fonda que la convirtieron en el ahora restaurante 3500, nos recibió el equipo Ayllu (familia en quichua) de una manera muy cálida y amable con una de las bebidas del lugar, el agua de sunfo, ideal para el malestar de altura.


Parte de la vivencia del restaurante es recorrer sus alrededores y entender de dónde vienen todos los ingredientes que utilizan para elaborar su menú. Montaña arriba, Alejandro nos mostró el encanto del lugar, explicándonos paso a paso y haciéndonos participar en la recolección de algunos ingredientes de especies endémicas y milenarias del sector. Por ejemplo, el zorroyuyo, que se lo utiliza como especia, manzanitas, tubérculos como la mashua, baby zanahorias, cebollas, cilantro de páramo, entre otros.


Recolección de manzanitas, una golosina de los niños de la comunidad


La propuesta de su menú se ve reflejada en su promesa de aprovechar al máximo todos los productos que se dan en la zona, de una manera responsable, y sin adicionar nada extra excepto sal y azúcar. De esta manera, le dan un valor crucial a los productores que con tanto esfuerzo siembran lo necesario para mantener la identidad de su cultura.


Regresando por el sendero, se podía sentir el aroma de una cocina de barro asando verduras, las que nos esperaban para el menú degustación. Ya de vuelta en el restaurante, con una hermosa vista de la laguna, el equipo Ayllu nos invitó a pasar a una mesa larga, como el de una pampa mesa, que representa el significado de comunidad.




El almuerzo inició con un emotivo discurso por parte de Alejandro y uno a uno llegaron los diferentes tiempos que formaban parte de este interesante menú. Entre ellos pudimos degustar un rollito de mashuas, rellenos de quesillo, tierra de tostado y ají de pepa de sambo, todo sobre una hoja nativa del lugar. También, degustamos un tradicional locro de cuero servido en plato de pilche. Entre los fuertes estuvieron canelón artesanal con chilca, relleno de estofado de lengua, con pastel de ocas y acelga y pequeños vegetales del huerto. Pudimos degustar los platos junto a una deliciosa limonada con cubitos de mortiño y toques de hierbaluisa.

Me encantaron los detalles en cada uno de sus platos, pero el que más me sorprendió fue lo que sirvieron como postre, un árbol de trufas de máchica y guayaba cubierto con quinua crocante, montado en un tipo de cactus de la zona y decorado con flores de la montaña, perfecto para interactuar en conjunto con todos los comensales.

Postre Tipo Pugro

De acuerdo a los productos de la temporada, el equipo Ayllu trabaja con su ingenio para lograr platos de alta cocina. Una fusión de técnicas tanto criollas, como modernas, para llevar a la cocina ecuatoriana a altos estándares de clase mundial.


Luego de esta extraordinaria experiencia en 3500 Restaurante, puedo reafirmar por completo el mensaje detrás de este proyecto. Es así, que a través de sus sabores, texturas, sentidos y servicio, logran rescatar la identidad y el valor de nuestra tierra, de la mano de gente responsable con el entorno.


Si quieres vivir esta experiencia, 3500 Restaurante te espera cada fin de semana, donde Alejandro y su equipo te atenderán bajo reserva.


Puedes contactarlos al +593 98 365 1398.


Síguelos en sus redes:

Instagram: 3500restaurante


Sobre la Autora


Verónica Salgado

Quiteña entusiasta por el marketing, la comunicación y la gastronomía, decidió plantear sus objetivos profesionales fusionando estas tres pasiones. Actualmente se desempeña en el mundo del Marketing Gastronómico y como docente universitaria llevando la gastronomía a lo digital.

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